El esqueleto humano adulto está constituido por al menos 206 huesos, pudiendo llegar su número en algunas personas, incluyendo los huesos wormianos, típicamente a los 210. En el lactante y el niño hay que sumar además 3 o 4 vértebras sacras, que posteriormente se funden en el sacro, de 3 a 5 vértebras coxígeas, que luego se funden en el coxis, y el ilion, isquion y pubis, que en el adulto están fusionados en el coxal. La mayoría de los huesos son pares, con un miembro de cada par en cada lado del cuerpo. Los huesos impares son: las vértebras, el esternón, el frontal, el occipital, la mandíbula, el esfenoides, el etmoides, el vómer y el hioides.

CON LOS MUSCULOS:
Los músculos son tejidos u órganos del cuerpo animal caracterizado por su capacidad para contraerse, por lo general en respuesta a un estímulo nervioso. La unidad básica de todo músculo es la miofibrilla, estructura filiforme muy pequeña formada por proteínas complejas. Cada célula muscular o fibra contiene varias miofibrillas, compuestas de miofilamentos de dos tipos, gruesos y delgados, que adoptan una disposición regular. Cada miofilamento grueso contiene varios cientos de moléculas de la proteína miosina. Los filamentos delgados contienen dos cadenas de la proteína actina. Las miofribrillas están formadas de hileras que alternan miofilamentos gruesos y delgados con sus extremos traslapados. Durante las contracciones musculares, estas hileras de filamentos interdigitadas se deslizan una sobre otra por medio de puentes cruzados que actúan como ruedas. La energía que requiere este movimiento
procede de mitocondrias densas que rodean las miofibrillas. Existen tres tipos de tejido muscular: liso, esquelético y cardiaco.


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